Zeus señor del Olimpo

El más joven de los hijos de Crono y Rea, denominado padre de los dioses y los hombres, el dios del trueno, rayo y relámpago, soberano del cielo y señor del Olimpo, se le representa sentado en su trono en el Olimpo o de pie con una con el rayo en la mano.

Era el más poderoso de los dioses del Olimpo, era arrogante y bastante caprichoso y de temperamento algo colérico.

El rayo de Zeus era capaz de matar a hombres e incluso a los otros dioses, que solo podían morir de un rayo.

Zeus tenía una espesa cabellera y barba rizada, llevaba una corona de laureles ceñida a su cabeza. normalmente vestía con un manto blanco.

Zeus estaba casado con la diosa Hera, su hermana. Su equivalente en la mitología romana era Júpiter y Amón en la egipcia.

Atributos de Zeus

Son sus símbolos, el rayo, el águila, el toro y el roble, era implacable la hegemonía de los hombres a los dioses, con el mantenimiento de los juramentos y con la asistencia a los huéspedes.

El trono de Zeus era de mármol, estaba decorado con oro, siete escalones llevaban hasta él y representaban los siete colores del arco iris.

En lo alto del trono una toga azul le anunciaba como señor del cielo, y sobre el lado derecho de su trono había un águila dorada. 

Un manto púrpura de piel de carnero cubría el  asiento, Zeus lo usaba para provocar lluvias en épocas de sequía.

Cuando no estaba en el Olimpo deliberando asuntos con otros dioses, en ocasiones viajaba a la tierra.

Zeus podía adoptar cualquier forma, sus metamorfosis son habituales y las utilizaba para sorprender a sus enemigos, tuvo numerosas relaciones con diosas y mujeres mortales, de quienes ha obtenido descendencia.

Cuando Zeus era un muchacho, al salir de la cueva donde se crió en el primer animal que se transformó fue en un águila y fue en forma de águila cómo conoció la tierra y los mares.

Genealogía y descendencia de Zeus

La descendencia de Zeus es muy numerosa, debido a su promiscuidad, dicha descendencia se extiende desde titánides, diosas, ninfas y por supuesto mujeres mortales

Aquí tenemos la descendencia divina de Zeus y sus primeras esposas

Consorte divinas de Zeus

Después tenemos la descendencia de Zeus con mujeres mortales, en algunos de estos encuentros el señor del Olimpo suplantaba a sus maridos mortales, o incluso se transformaba en animales.

Muchos de estos encuentros se llamaron los raptos de Zeus.

Consortes de Zeus

El nacimiento de Zeus

Zeus fue el último hijo de Crono y Rea y fue el único hijo de estos titanes que su padre no engulló, porque después de que su padre Crono engulliese a sus hermanos y hermanas, la madre Rea, un sentimiento diferente le embargo, no era miedo ni dolor, era la ira.

¿Por qué debía obedecer a su sádico esposo? Quería vengarse y preferiría morir antes perder a otro de sus hijos, así que fue en busca del consejo de su madre la titánide Gea.

—Madre, escucha el susurro de tu hija, soy incapaz de consentir semejante dolor, por culpa del dominador Crono, que conociendo su destino engulle uno tras uno a los hijos que alumbró. — dijo Rea.

—Ayúdame a ocultarle este embarazo y a dar a luz en secreto a este niño, que llamaré Zeus, la luz que traerá al universo.— 

Gea escuchó el ruego de su hija, abrió la tierra bajo sus pies y la condujo a las entrañas de la tierra, dónde moraba en un palacio subterráneo.

El engaño de Rea a Crono

El palacio era secreto y allí Gea dio cobijo a Urano después de la pelea con su hijo Crono. Nadie era capaz de saber su emplazamiento, ni oír lo que allí sucedía.

—Hija mía, aquí estarás a salvo, y tu marido nada sabrá de lo que pase aquí, pero has de saber que él esperará impaciente saber porque has desaparecido y el motivo de tu ausencia.—

Rea entonces con el coraje resurgido por la ayuda de su madre contestó:

—Madre, mi determinación a revivido, con tu ayuda, lograremos engañar a mi implacable consorte.—

Con el paso de los días la impaciencia de Crono crecía, a la par que su ira, sus leales cuervos no daban con el rastro de su esposa, y partió a recorrer la tierra, sin otro pensamiento que el de desolar la valles y montañas, escaló hasta el monte Otris y gritó el nombre de su madre.

Gea se personó delante de su soberbio hijo y le dijo:

—Tu esposa ha vuelto a concebir y se resguarda conmigo, está sufriendo y te considera un sádico padre, pero acepta tu mandato y cuando alumbre a tu hijo niño lo llevará ante ti.—

Crono observó a su madre y contestó:

—Así sea-

Rea dio a luz a Zeus, en plena noche, lo baño y lo acuno en sus brazos hasta al amanecer, disfrutó de tener a un hijo en sus brazos tanto tiempo.

Crono y el destino de Zeus

Por la mañana los cuervos de Crono le llevaron la nueva, su esposa se dirigía a su encuentro. Rea dejó a los pies del trono a su hijo con cuidado y le dijo que el bebé estaba dormido para evitar la conmoción ante su oscuro destino.

Y por primera vez en mucho tiempo Crono, señor del universo sintió dolor, primero por la condena sobre su esposa y segundo porque nunca vería a ningún hijo suyo.

Le prometió a su esposa que sería rápido, con más dilación que la de costumbre engullo al hijo que nunca vería, después se sintió pesado y cansado y le dijo a su mujer que no la molestaría más.

Lo que no sabía el cruel titán es que antes del amanecer, Gea y su hija Rea habían ocultado al niño en una cueva, al cuidado de Amaltea y Melisa dos ninfas y habían envuelto a una piedra en lugar del recién nacido.

Por lo que Zeus fue criado a salvo de su despiadado padre.

Además de los cuidados de Amaltea y Melisa su madre Rea envió un destacamento de sus mejores guerreros, los curetes, que ocultaron los llantos del niño puesto que estaban asentados y entrenaban en los alrededores de la cueva.

Zeus descubre el mundo

Cuando Zeus alcanzó la madurez decidió salir de la cueva para descubrir el mundo, aunque lo quería hacer en solitario, pues ya no temía por su padre.

Se relacionó con los hombres mortales, que aunque le notaban diferente no lo relacionaban como un dios, les gustaba subir a las montañas a observar el horizonte, allí fue donde por primera vez donde vio un águila.

Cuando el águila se acercó a Zeus, el sintió que era parte de ella, y contemplo por primera vez la tierra desde los ojos del magnífico animal, quedó tan asombrado de la belleza del mundo y de la visión de los águilas que se unía a ellas siempre que podía.

Cuando recorrió toda la tierra, los mares, por primera vez notó que podía sentir los mismo que las águilas, podía notar donde estaban y por primera vez se transformó en un águila majestuosa.

A Zeus le encantaba volar, pues  le permitía ver y oír todo, percibió que el mundo que estaba repleto de vida, parecía muerto y triste, fue entonces cuando dentro de él nació la esperanza de dar vida al mundo y acabar con el letargo al que había sumido su temido padre a la tierra.

Zeus volando cómo un águila

Zeus conoce a su prima Metis

Al único lugar al que no llegaban las águilas era al horizonte después del océano y hacia allá fue Zeus, pues quería conocerlo todo, pero cuando sobrevolaba el océano profundo una voz resonó en su cabeza:

—¿Adónde vas? —dijo la extraña voz.

En el agua Zeus pudo ver una forma que se movía, cuando Zeus se acercó del mar surgió una criatura muy hermosa, pero no le hablaba con su voz, más bien le hablaba dentro de la mente, a lo que Zeus contestó:

—Voy a descubrir el mundo, no me retrases—

—¿Quién eres para hablarme en ese tono?—

—Soy la luz y vengo a ordenar el universo— contestó Zeus

—Muy bien, pues te acompañaré, porque me vas a necesitar— le dijo la voz.

Fue así cómo Zeus conoció a su prima la titánide Metis, hija de Océano y Tetis y la primera de sus esposas.

Zeus llega al palacio de Otris

Volvamos a su despiadado padre, Crono vivía en su palacio del monte Otris, un palacio que estaba en ruinas, su vida era lo más parecido a una muerte en vida, no reía, no disfrutaba, nada era capaz de estimular al titán.

El resto de los titanes, en cambio festejaban alegremente copiosos festines que duraban muchos días.

Crono tenía a su disposición un gran número de servidores mortales, a los que proporcionaba dones a su libre albedrío, los mortales para él no eran nada, eran las únicas criaturas en las que no veía amenaza alguna.

Cierto día se celebró un nuevo banquete en el palacio y como era costumbre los titanes se reunieron para tan alegre acontecimiento, el soberano del cielo como siempre estaba sentado en su trono, adormecido, cuando de repente apareció su esposa Rea, con lo que se produjo un silencio.

El titán Japeto le cedió el sitio como muestra de respeto a la soberana, Rea de inmediato percibió la decadencia de su esposo, Crono observó la belleza y dignidad de su esposa, ella tomó un copa y al percibir la mirada de su esposo dijo:

—¿No brindaras conmigo esposo? —dijo Rea

Crono alzó su copa hacia el copero que no tardó en llenar, el copero era un mortal que nadie había visto nunca, pero nadie desconfió pues los titanes se sentían muy superiores al resto de las criaturas vivientes.

Crono conoce a su hijo Zeus

Cuando la lleno el copero, se retiró unos pasos y Crono y Rea brindaron nuevamente después de tanto tiempo, el señor del universo entonces bebió con desgana pero apuro la copa, en cambio Rea si siquiera se mojó los labios.

Fue entonces cuando Crono se mareo completamente, cayó al suelo y comprendió que le habían tendido una trampa

—¿Me has envenenado esposa?—

El soberado empezó a moverse fruto de los espasmos que sufría, el resto de los titanes se levantaron de inmediato al ver a su pariente sufrir, era incapaz de respirar y acto seguido vómito el último de cuerpo que en su día engullo, allí ante todos, el destino se manifestó.

Todos los titanes presenciaron como lo el cuerpo que expulsó Crono no era un hijo sino una piedra envuelta en vísceras e infames jugos, fue entonces cuando Crono se volvió hacia el copero y reconoció a su hijo por primera vez, Zeus, el hijo que le destronaría.

Los titanes reaccionaron, pues por fin se dieron cuenta de lo que allí pasaba, el primero de ellos fue Atlas que sujeto a Zeus, pero se  liberó con una fuerza sobrenatural y lo lanzó por los aires.

Después alzó la enorme mesa del palacio de Otris y la lanzó contra el resto de los titanes, que miraron estupefactos como aquel dios tenía una fuerza prodigiosa.

El padre por su parte continuaba con su calvario, entra náuseas fue vomitando a los hijos que se había tragado en su día, Poseidón, Hades, Hera, Deméter y por último Hestia.

Fue entonces cuando la tierra se abrió y Gea la madre tierra recogió los cuerpos de sus nietos para después cerrar la tierra e impedir la persecución, Zeus por su parte se transformó en la majestuosa águila para huir del palacio de su despiadado padre.

Y así empezó la guerra con los titanes.

Mitos en los que aparece Zeus

Como es normal dada su relevancia, Zeus aparece de forma directa o indirecta en numerosos mitos:

En el mito de Sísifo, castigo al rey de Éfira, condenándole a empujar un roca hasta lo alto de una montaña, la roca cuando se aproximaba a la cima caía hasta abajo, por lo que Sísifo debía volver a empujarla por toda la eternidad.

En el mito de Prometeo, después de sufrir dos engaños por parte del astuto titán les castigó en la cima del monte Cáucaso, allí un águila le devoraba cada día el hígado, que le volvía a crecer al día siguiente.

Fue el causante de la metamorfosis de Escila, la ingenua muchacha que traicionó el secreto de su padre en favor de la atención del rey Minos, la transformó en una gaviota y a su padre, un águila que la perseguía.

Para salvar al mundo de la devastación que provocó, fulminó de un rayo a Faetón hijo de Apolo, cuando se hizo cargo por un día de las tareas de su padre.

Aunque no siempre Zeus utilizaba la fuerza para cumplir sus designios, en el mito de la caja de Pandora, la astucia del soberano del Olimpo fue brillante, con ella engaño a Prometeo y castigó a los hombres.

Creo la constelación de la lira, en el mito de Orfeo y Eurídice, tras la muerte del músico, que causó gran conmoción entre los dioses, pues incluso ellos se apenaron de su muerte.

 

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