Hermes el dios mensajero

Hermes el mensajero de los dioses, hijo de Zeus y la pléyade Maya, el dios griego del comercio, ingenio, de las fronteras y los ladrones y los sueños.

Encargado de comunicar los mensajes de los dioses, en especial de su padre Zeus. Como patrón de las fronteras, se ocupaba de guiar las almas de los muertos al inframundo.

Su equivalente en la mitología romana era Mercurio, como buen heraldo divino, poseía el don de la oratoria, la palabra y la elocuencia.

Razón por la cual, en sus sacrificios se le ofrecían las lenguas de los animales sacrificados, en la etapa final del imperio griego, fue nombrado dios de los atletas.

Se le representaba como un muchacho joven, delgado, con sus sandalias o casco alado, el petaso y portando el caduceo, una vara con la que inducía al sueño a mortales y dioses.

Sus animales consagrados son la tortuga y el gallo

El prometedor nacimiento del dios Hermes

Cuando su madre dio a luz, a las pocas horas se escapo de su cuna, demostrando una astucia precoz, pues se quedó prendado de un rebaño de bueyes de Apolo.

El dios neonato, robó los bueyes y los condujo a una cueva, pero en la entrada encontró una tortuga de la que también se sorprendió.

Después de meter a los bueyes en la cueva, además de borrar sus huellas para engañar a Apolo, se ocupó de la tortuga, a la que quitó el caparazón.

Después tensó unas cuerdas en el caparazón de la tortuga, así Hermes inventó la lira, que hacía sonar maestría.

Mientras tanto Apolo, el que todo lo ve, se percató del robo de sus bueyes y se dirigió hacia la cueva donde se encontraba Hermes.

Apolo le pidió que le devolvería los bueyes, Hermes por su parte dijo que no sabía nada del rebaño, entonces fue cuando Apolo el dios de las artes escuchó por primera vez la lira.

Fue entonces cuando Apolo conocido por su poca paciencia, sacó su arco, Hermes, ya sí, admitió el robo e intercambio los bueyes y su lira por su perdón.

Apolo complacido por el instrumento, obsequió a su joven hermanastro con el caduceo.

Hermes pies alados

Consortes y descendencia de Hermes

Hermes el dios mensajero no tuvo esposas, pero si varias consortes y mucha descendencia, con la diosa Afrodita tuvo tres hijos: Hermafrodito, Peito y Tique.

La relación entre estos dos dioses nació de la trampa que Hefesto, el marido de Afrodita, puso a ésta y ha su amante, el dios griego de la guerra Ares.

Cuando los amantes quedaron atrapados en una red invisible, los demás dioses admiraron la escena y fue Hermes el que dijo que gustoso cambiaría su puesto con Ares, ante la belleza de Afrodita.

Es el padre del semidiós Pan dios de la fertilidad y sexualidad masculina, el nombre de la madre difiere mucho pues en la mitología griega Pan tiene diecinueve genealogías diferentes.

Padre de Etálides, el que nunca olvidaba, el hijo al igual que el padre, alternaba entre los vivos y los muertos, pues fue el introductor de la reencarnación.

Fue el padre el héroe griego Abdero, que falleció en el octavo trabajo de Heracles, al que ayudaba a guardar las yeguas de Diomedes.

Padre de Arabio y abuelo de la ninfa Casiopea que pretendió ser la más bella de las Nereidas. Padre también de Eleusis el fundador de la cuidad de Eleusis.

Hermes pies alados

Mitos en los que aparece Hermes

Hermes el dios mensajero, aparece en numerosos mitos, en algunos ayuda a diferentes héroes en otros en sus labores como mensajero y heraldo de Zeus.

En el mito del rapto de Perséfone, fue el encargado de ir a buscar a la joven doncella al inframundo, para que se celebrase el concilio entre Zeus, Deméter y Hades.

Cuando Zeus de enamoró de la ninfa Io, Hera le puso de vigilante a Argos, el gigante de los cien ojos, Zeus mandó a Hermes matar al gigante por eso se le conoce como el Argifonte.

En el mito de la caja de Pandora, cuando los dioses obsequiaron con dones a la joven, Hermes le otorgó la mentira como don.

Ayudó a Heracles cuando bajo al inframundo a cumplir con los doce trabajos impuestos por Hera, guió al gran héroe por caminos seguros hasta llegar a Hades.

En el mito de Medusa, ayudo a Perseo, junto con Atenea y le dieron regalos para poder cumplir su misión, pues le entregó sus sandalias aladas, el casco de invisibilidad de Hades y la hoz de Zeus.

Finalmente, fue el encargado de ayudar a Odiseo, cuando buscó refugio en la isla de Calipso, la poderosa hechicera que embrujaba a los hombres.

 

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