El mito de Gordias y el nudo gordiano, es un mito que da origen a la expresión popular “nudo gordiano”, que utilizamos cuando nos encontramos un problema tan difícil, que no se puede resolver.
Nuestro buen Gordias, era un labrador muy pobre que habitaba en la región de Frigia, lo que ahora se denomina Turquía, Gordias aunque era muy pobre, disfrutaba con lo que le daba la tierra.
Sus posesiones más preciadas eran su carreta y unos bueyes con los que trabajaba. Gordio pasaba sus días en sus quehaceres en el campo ignorando la vida y los problemas en la ciudad.
La ciudad de Frigia necesita un rey
El rey de Frigia había muerto recientemente sin dejar descendencia y, los habitantes necesitaban elegir a un rey, para solucionar este problema, decidieron preguntarle a un oráculo.
El oráculo les dijo a los habitantes de la ciudad, que aquel que apareciese por la puerta este de la ciudad con un águila posada en una carreta tirada por bueyes sería su nuevo soberano.
Las palabras del oráculo sorprendieron mucho a las gente de Frigia, pero de todos es sabido que hay que cumplir con las profecías del oráculo, pues son los mensajeros de las palabras de los dioses.
Así, pasaron los días, donde las buenas gentes de la ciudad se afanaban en cuidar y mantener sus hogares, a la espera del advenimiento del nuevo monarca.
Pero, ¿Qué tienen que ver los problemas de está ciudad con Gordias y el nudo Gordiano? Tranquilidad, que ahora te cuento.
Gordias y el águila de Zeus
Cierto día, Gordias o Gordio, estaba trabajando cuando un águila muy hermosa se posó sobre su carreta, aquello dejó muy sorprendido al labrador, pero como el águila era el animal consagrado de Zeus, decidió ir a consultar al oráculo.
Y así, marcharon Gordias, su carreta tirada por bueyes y al águila, rumbo a la ciudad de Frigia, durante el camino Gordias cuido de alimentar al águila, pues tenía el presentimiento de ser un buen augurio.
Cuando llegaron a la ciudad entraron por la puerta este en dirección al centro de la ciudad, fue entonces, cuando los felices habitantes de la ciudad fijaron sus miradas en el extranjero.
El murmullo de la ciudad cesó, así fue como recordaron las palabras del oráculo y proclamaron:
— ¡Aquí está nuestro nuevo rey!
El pobre Gordias no entendía nada, pero de pronto, pasó de ser dueño de sus tierras, a ser el rey de una gran ciudad.
Gordias sabedor de que debía agradecer el regalo, ofreció en el templo de Zeus, la carreta y los bueyes como ofrenda al soberano del Olimpo.
Además, ató la carreta con un nudo muy particular, escondiendo los cabos en el interior del nudo, el oráculo vaticinó que aquel que pudiera desatar ese nudo, el nudo gordiano, sería el señor de Europa y Asia.
El rey Gordias fundó la ciudad de Gordio y fue un rey sabio y justo.
Gordias y su nudo gordiano
¿Sabéis quién fue el primero en desatar el nudo gordiano? Fue ni más ni menos que Alejandro Magno, que en lugar de desatarlo lo cortó con una espada.
La noche después hubo una gran tormenta donde los rayos no cesaron, aquello fue interpretado por los sabios como que el gran Zeus aprobó la resolución.
La carreta del rey Gordias fue un símbolo tan grande, que fue llevada a la Acrópolis de Atenas.
Hoy en día empleamos la expresión el nudo gordiano ante un problema sin solución. Y la expresión cortar el nudo gordiano cuando resolvemos un problema tajantemente.
Fue el símbolo de la Corona de Aragón, pues el lema de Fernando el Católico, “tanto monta, monta tanto” hace referencia al mito.
Pues el emblema que aparecía en sus estandartes era una flecha con una cuerda cortada alrededor.