El laberinto del minotauro es uno de los mitos más famosos que han llegado a nuestros días. En los mitos aparecían dioses, hombres, animales fantásticos y también monstruos.
Presta mucha atención porque hoy os contaré la historia de uno de los monstruos más terroríficos de la historia, el minotauro.
En el mar Mediterráneo, existía una isla muy grande llamada Creta, allí vivía uno de los reyes más nombrados de la antigua Grecia, el rey Minos.
Creta era un reino muy poderoso, que había conquistado muchos otros reinos, incluso había derrotado al reino más grande de Grecia, Atenas, el rey Minos era una gran militar, pero como rey era muy cruel y despiadado.
El origen del laberinto del Minotauro
Atenas estaba obligada a enviar cada año a siete muchachos y siete doncellas como tributo. Y los jóvenes le servían como alimento al terrible monstruo que vivía en Creta, el Minotauro.
Para llegar a ser rey Minos, pidió ayuda al dios Poseidón, y después intentó engañarle, eso provocó la ira del dios de los mares, que le castigó muy duramente.
—Ahora te enseñaré a no engañar a los dioses—dijo Poseidón.
La esposa del rey Minos estaba embarazada y el día del nacimiento su mujer Pasífae dio a luz a un bebé mitad humano mitad toro.
A medida que fue creciendo, el minotauro se fue haciendo cada vez más grande y más fuerte, los cuernos eran inmensos y era muy peligroso pero lo peor es que solo se alimentaba carne humana. Minos avergonzado por tener un hijo monstruoso decidió construir un laberinto y encerrar a su hijo.
— No puedo controlar a mi hijo, si no hago algo con él un día me comerá—
El laberinto fue construido por Dédalo el mejor arquitecto e ingeniero de Creta, era muy grande con muchos pasillos y era imposible escapar, nadie ni siquiera el minotauro había conseguido salir.
Pero el aunque no pudiese escapar el minotauro conocía bien los pasillos, y guiaba siempre a los jóvenes hacia los pasillos sin salida. Aquel lugar con el paso del tiempo empezó a llamarse el laberinto del Minotauro.
El nacimiento del héroe Teseo
Cada año en Atenas, cuando llegaba la hora de pagar el tributo, las familias lloraban en el puerto, ¿Cómo podríamos acabar con este castigo?
—¿Quién podría vencer al minotauro? — exclamaban los habitantes de Atenas.
— Yo mataré a la bestia— Habló un joven recién llegado a la ciudad, nadie conocía su nombre.
— Llevadme ante vuestro rey— les dijo a los guardias.
Y así hicieron, en la corte del rey Egeo se formó un gran revuelo, puesto que había un joven que se había prestado voluntario para ir a Creta a vencer al minotauro, cuando el rey vio al muchacho, empezó a llorar y fue corriendo a abrazarlo.
Era su único hijo Teseo, que por fin conocía, pues llevaba sus sandalias y su espada, que el rey le había dejado a su madre. Teseo era muy fuerte y quería ser un héroe como su tío Hércules.
Los ciudadanos de Atenas quedaron asombrados, por la valentía del joven príncipe, pero su padre, sintió mucho miedo, ya que llevaba esperando muchos años para conocerle.
Pero la voluntad de Teseo era firme y se ofreció voluntario y embarcó junto a los otros jóvenes rumbo a la isla de Creta.
—Cada año este barco vuelve con las velas negras izadas, si eres capaz de vencer al minotauro, cambia por favor, las velas, por estas de color blanco, así sabré de tu victoria y que te encuentras sano y salvo—le dijo el rey Egeo a su hijo Teseo.
Teseo en el laberinto del minotauro
Cuando llegaron a Creta un grupo de soldados esperaba a los jóvenes, los guiaron hasta el palacio del rey Minos, el malvado rey había recibido la noticia de que unos de los jóvenes era el hijo del rey Egeo.
— Bienvenidos Creta, hoy cenaremos en el palacio y mañana os llevaremos al laberinto del minotauro, comed y descansad, pues esta noche será la última— dijo Minos.
Junto al rey estaba su hija Ariadna, ella se entristecía cada año, pues los muchachos estaban muy asustados, todos excepto uno.
—Saludo al príncipe Teseo de Atenas— le dijo Minos.
— Te saludo yo a ti, rey Minos, pero has de saber, que mañana libraré a Creta del minotauro— respondió Teseo.
En la corte se hizo el silencio, aquel joven miraba al rey Minos desafiante y no parecía tener ningún temor, Ariadna la hija del rey admiro al valor del joven.
Cuando llegó la noche los jóvenes fueron conducidos a sus celdas, todos lloraban y andaban con la cabeza baja, sólo Teseo se mostraba impasible, los demás era incapaces de explicar porque Teseo no tenía ningún miedo.
Teseo conoce a la princesa Ariadna
En su celda Teseo pensaba en la estrategia que debía seguir al día siguiente, cuando escuchó un sonido.
— ¿Quién anda así?— dijo Teseo
—¡Baja la voz, no grites!— contestó Ariadna, la hija del rey Minos — ¡Puedo ayudaros príncipe Teseo!!—
— ¿Cómo podéis ayudarme princesa?— preguntó Teseo.
Y la princesa le entregó un ovillo de lana y espada envuelta en tela y le dijo:
— Esconde esta espada entre tus ropas, no se puede entrar al laberinto del minotauro armado y ata un extremo del hilo a la entrada, el otro extremo a tu cinturón, así sabrás cómo salir del laberinto si puedes acabar con el monstruo—
Los ojos de Teseo se abrieron de par en par, estaba impresionado por la joven y por primera vez se dio cuenta que que la princesa Ariadna era muy hermosa.
—Os lo agradezco princesa Ariadna, ¿Cómo os agradeceré la ayuda?—
—Si consigues vencer al Minotauro, llévame contigo a tu hogar, no quiero vivir más tiempo aquí—
— Mañana después de vender a la bestia saldré y te llevaré a mi hogar, y además si me aceptáis, me casaré con vos—
El combate entre Teseo y el minotauro
Al amanecer los soldados del rey llevaron a los jóvenes a las puertas del laberinto del minotauro, lloraban de miedo, excepto Teseo, que aprovechó que los guardias abrían las puertas y ató el hilo del ovillo, cómo le había dicho la princesa.
— Entrad, el minotauro lleva tiempo sin comer, jajaja— dijeron los guardias.
El grupo de jóvenes entró al laberinto, todos quedaron sorprendidos, pues dentro del laberinto entraba la luz del sol y Teseo les dijo:
—No temáis, avanzaremos todos juntos y sin hacer ruido— dijo Teseo.
Después sacó la espada que Ariadna le había dado la noche anterior. Cuando llevaban algún tiempo andando, oyeron algo que los asustó muchísimo, eran el sonido de un animal, y unos pasos muy pesados que se dirigían hacia ellos
—Ahora, quiero que esperéis aquí, y no os mováis—dijo Teseo.
—Por favor no nos abandones—contestaron.
—Ningún miedo debéis tener, porque matare a la bestia, pero tenéis que confiar en mí— les respondió Teseo.
El joven Teseo se escondió detrás de una pared, de forma que el minotauro no pudiera verle, entonces el minotauro apareció, los compañeros de Teseo, gritaron y se agacharon, estaban paralizados.
La bestia rugió con todas sus fuerzas, le empezó a caer saliva de su monstruosa boca, se acercó al grupo de jóvenes, y cuando parecía el final de todo, Teseo apareció por detrás y le clavó la espada en una de las patas.
El minotauro rugió de dolor, cayó al suelo, lo que aprovechó Teseo para agarrarle por la espalda y apretarle el cuello, el plan de Teseo era estrangular a la bestia, el minotauro dolorido y muy furiosos empezó a sacudirse, a correr y a chocar con las paredes.
Pero Teseo, era muy fuerte y sabía que esa, era la única oportunidad que tenía. La batalla fue terrible, el minotauro lo arrasaba todo a su paso, saltaba sobre Teseo, pero no parecía funcionar.
Poco a poco, notaba que el monstruo se quedaba sin fuerza hasta que dejó de moverse y cayó al suelo, aún así Teseo no soltó al animal, no quería confiarse, y espero un tiempo, después fue a por su espada y remató al Minotauro.
Aunque estaba herido Teseo saltaba y gritaba de rabia y de alegría.
—Por fin¡ He vencido!— los compañeros de Teseo lloraban de alegría, estaban vivos, gracias al valor de Teseo.
Cuando recobraron el aliento, Teseo cogió e hijo y siguieron el rastro, hasta que por fin pasado un tiempo, vieron las puertas de la entrada al laberinto del minotauro.
Ariadna estaba allí esperando a Teseo y como era la princesa mandó a los guardias que fueran a por leña lejos de allí y cuando vio a Teseo corrió para abrazarle.
— Te debo la vida Ariadna, es hora de escapar de esta isla, porque cuando tu padre el rey Minos sepa lo que ha pasado, su ira será terrible, cuando lleguemos a Atenas si me aceptas, me casare contigo— dijo Teseo.
El grupo de jóvenes fueron hacía el puerto, izaron las velas a toda prisa y zarparon de vuelta a su hogar.
Teseo regresa a Atenas
En el trayecto de vuelta, la expedición hizo una parada en una isla, ya que necesitaban provisiones, todos lo jóvenes bajaron del barco, excepto Teseo, que estaba agotado después de su batalla con el Minotauro, después de que Ariadna le curase la heridas se quedó dormido.
Cuando el grupo se había abastecido de provisiones subieron al barco y zarparon, todos estaban deseosos de llegar y ver a sus familias, pero con tal mala suerte que Ariadna que se había alejado un poco más del resto se perdió en la isla, y cuando zarparon nadie se dio cuenta de que ella no estaba.
Cuando el barco llegó a Atenas las familias al ver a sus hijos e hijos se pusieron muy felices, era la primera vez que alguien que regresaban vivos, todos fueron a despertar a Teseo.
Entonces Teseo recordó las palabras de su padre, y cómo se quedó dormido no cambió las velas de color blanco, su padre que esperaba al joven, cuando vio las velas negras se lanzó al mar, ya que creía que su hijo había muerto.
Teseo fue nombrado rey de Atenas, en homenaje a su padre llamaron Egeo a ese mar, nombre que todavía se utiliza mucho tiempo después. Teseo el héroe del laberinto del minotauro.
¿Qué pasó con Ariadna?, unos días después de quedarse en la isla, pasó por la isla Dionisio el dios de vino, uno de los dioses más importantes del Olimpo, y cuando vio a Ariadna, se enamoró de la princesa y volvió con ella al Olimpo